Últimas pedaladas.

Apretamos los dientes para remontar los últimos collados de nuestra ruta.
A partir de la Puebla de Don Fabrique, terreno monótono con largas rectas.
Veníamos disfrutando de un tiempo inmejorable desde que salimos de casa, pero lo que no podíamos creer, era que al entrar en la provincia más árida de la Península, ésta nos regalará las primeras y únicas gotas de la ruta.
Por suerte se trata del fenómeno llamado "calabobos" y como nosotros somos gilipollas...
En cuanto descendemos a la provincia de Murcia, el sirimiri almeriense desaparece.
Al fin, tras dos semanas de pedaleo llegamos a la Localidad de Lorca.
Me había planteado crear una entrada hablando de las consecuencias del reciente terremoto. Pero después de cinco meses, muchas familias se encuentran fuera de sus casas y las heridas aún no están cerradas. Por lo no me atrevo a mostrar una opinión que seguramente no se acerca, ni de cerca, a la dura realidad.
Nuestra llegada a Lorca coincide con las fiestas de la localidad, por lo que en compañía de Tere y Miguel ... nos vamos de Feria.
Siguiendo los consejos de nuestros anfitriones nos acercamos al pequeño pueblito de Calabardina donde nos concedemos un merecido descanso.

1 comentario:

  1. Vaya por delante mi solidaridad para con todas las personas afectadas por el seísmo de Lorca. La Palabra de Dios dice:
    "[...] y llorad con los que lloran." Romanos 12:15.
    Deseo que todas las ayudas que se les han prometido desde las instancias
    gubernamentales y otras procedentes del altruismo de la sociedad les estén llegando y sirvan para que vayan restaurando su dramática situación.
    Dicho esto, quiero añadir que la Palabra de Dios dice también:
    "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Romanos 8:28.
    Quizás sirva el trágico suceso para que muchas personas se arrepientan de sus
    pecados y se salven. En la época de Jesús hubo un seísmo similar y Jesús comentó lo siguiente:
    "O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató,
    ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente". Lucas 13:4-5
    Las desgracias no son siempre castigos de Dios; muchas veces son sólo las
    consecuencias del mal uso de nuestra libertad; otras veces, atienden a un
    propósito de Dios. Job 1-42
    En cualquier caso, ante ellas sólo cabe ayudar, animar y, sobre todo, amar a las
    víctimas; nunca culpabilizarlas.
    Que Dios bendiga a todas las personas damnificadas de Lorca con arrepentimiento
    y con restauración total.

    ResponderEliminar